Una de las múltiples opciones que nos proporciona el marketing digital es la posibilidad de llegar a nuevos clientes, convenciéndoles de lo que nuestro producto o servicio puede hacer por ellos con el objetivo de fidelizarlo. Todo ello, generalmente, se suele hacer a través de publicaciones en redes sociales.
Para conocer el éxito de nuestras publicaciones en redes sociales, hemos de comprobar su alcance. Por regla general, el alcance consiste en un conjunto de métricas empleadas en marketing digital para medir a qué cantidad de público le ha llegado nuestro contenido. Con ello, podremos saber que audiencia tenemos y si hemos de cambiar nuestra estrategia, o si está funcionando correctamente.
Dentro del alcance, podemos diferenciar dos formas:
Ejemplos de este tipo de alcance son Facebook Ads, Instagram Ads u otras redes similares. Además, dentro del alcance orgánico, podemos diferenciar dos tipos:
Alcance viral. Se establece en función del numero de personas que han visto el contenido de tu página, el número de interacciones que tiene, o si por ejemplo, se han registrado al hacer una visita.
Alcance no viral. Se trata del número de personas que, sin tener en cuenta la indicación de likes, interacciones o visitas, han accedido al contenido de tu página.
Con relación a tu marca, lo más recomendable es hacer uso de las dos. Gracias al alcance orgánico conseguirás siempre una publicidad de tu página al no requerir ningún desembolso económico, por lo que sobre todo al principio de tu andadura empresarial, será tu mejor aliado. Por otro lado, gracias al alcance pagado conseguirás un mejor y mayor flujo de clientes en tu sitio web.
Últimamente las publicaciones orgánicas están sufriendo perjuicios en algunas redes sociales, y esos cambios a los que se están enfrentando no ocurren de la misma forma en todas. Si nos paramos a mirar lo que ocurre en Facebook, se ha producido un lastre en beneficios en relación al alcance orgánico, ya que aquellas páginas que no invierten ven reducidas sus posibilidades de engagement. Algo similar está ocurriendo en Instagram, quien ha reducido en forma de castigo las publicaciones orgánicas a las cuentas que tienen perfil de empresa, reduciendo notablemente su rendimiento. El caso de Twitter es en el que menos cambio podemos encontrar; en ella, los contenidos orgánicos son los más recomendados debido al potencial de viralidad que tienen.
Podemos localizar empresas comunes en la vida cotidiana y darnos cuenta de cómo manejan sus publicaciones para conseguir el alcance que necesitan. Netflix, por ejemplo, aprovecha sus contenidos orgánicos y lo que conocemos como momentum. No sólo promociona en publicaciones cuáles van a ser sus futuros contenidos, sino que además, hace uso de otros programas o plataformas para potenciar su marca: como cuando una concursante de Operación Triunfo cantó en directo la conocida canción de la cabecera de “Narcos”.