Estamos viviendo un continuo proceso de avance y desarrollo tecnológico. Con la llegada de la Inteligencia Artificial, nuestro sistema de Derecho ha de adaptarse también, implantando estos sistemas en la disciplina jurídica. La Inteligencia Artificial (IA) es un sistema de algoritmos que, fundamentalmente, se basa en una automatización a la hora de tomar decisiones y resolver problemas, para así, ser capaces de aprender nuevas técnicas y conocimientos.
Además, la tecnología Big Data se está implantando fuertemente en los despachos de abogados. Se trata de un sistema a través del cual se procesan grandes cantidades de datos que, estando almacenados, podremos extraer información relevante para nuestras futuras decisiones.
El almacenamiento, análisis y el procesamiento de los datos que manejan estos sistemas y algoritmos será de vital importancia, debido a que permitirá a los juristas a que hagan uso de ellos, analizar en profundidad cómo ha ido cada procedimiento, predecir los futuros y analizar qué se está logrando para mejorar y obtener los resultados deseados. También permitirá una buena clasificación de sus documentos a través de las técnicas conocidas como Machine Learning.
Es muy importante destacar las ventajas que ofrece la implementación de la inteligencia artificial, ya que también permiten una aceleración en la ejecución de las tareas, lo cual favorece al destinatario final.
El papel del juez es fundamental debido a sus conocimientos. Se trata de una labor que implica un amplio rango y capacidad para aplicarla a cada caso determinado, y ser capaz de ofrecer la mejor respuesta jurídica al caso individual, interpretando la ley aplicable a cada caso. El juez reúne infinidad de actuaciones y actividades que muy difícilmente podrán ser suplidas por algoritmos, fundamentalmente porque uno de los aspectos cruciales y que la diferencia, es la capacidad que tiene un juez como persona humana de sentir emociones y tener sensibilidad.
Haber vivido un periodo largo de crisis sanitaria producido por la pandemia ha provocado una aceleración en todos los procedimientos de digitalización y modernización empresarial que estaban iniciados.
La legaltech es una de las principales respuestas que se ha dado en este campo en el sector jurídico para adaptarse a las nuevas necesidades que reclama el entorno. A través de su aplicación, los profesionales del campo jurídico conseguirán implementar las nuevas tecnologías a su práctica diaria profesional a través de diferentes tipos de herramientas de trabajo, como: la lectura de documentos, la extracción de información, la precisión jurídica y la cercanía…
A día de hoy, casi el 90% de los despachos de abogados ha admitido que ha tenido que modernizar el concepto de negocio que tenía anteriormente.
Hay que formar a los trabajadores del sector legal para que sean capaces de aprovechar al máximo todas las ventajas que están ofreciendo las nuevas tecnologías y así, ser capaces de reducir al máximo los costes que genera, por ejemplo, la gestión documental. Muy importante también es la reducción del tiempo en los procesos. Esto no solo permitirá a los juristas ser más eficientes y dedicar menos tiempo a cada uno de los procedimientos, sino que para los afectados por los mismos supondrá una agilidad que sabrán recompensar.
Habiendo analizado las ventajas que ofrecen la aplicación de inteligencia artificial, resulta al menos interesante de analizar la posibilidad de aplicar estas nuevas tecnologías y comenzar a dar una transformación al sector jurídico, lo cual traerá consigo amplísimos beneficios, tanto para los profesionales como para los propios clientes.