La llegada de Internet en el año 1969 ha acarreado increíbles cambios en nuestras vidas, y con ello una fuerte y acelerada adaptación tanto personal como empresarial. La era tecnológica se inició en 1990 con la creación de la primera página web a nivel mundial, cuando todavía los ordenadores ocupaban grandes espacios en las habitaciones. Años después, con la llegada de los teléfonos móviles, los portátiles y smartphones, el acceso a Internet se facilita a través de la introducción de las tecnologías táctiles que eran mucho más sencillas.
Hoy en día, estamos más que familiarizados con los nuevos dispositivos y tecnologías móviles, e incluso los asistentes de voz forman parte de nuestra vida cotidiana como si siempre hubiesen existido.
Consiste en una estrategia de negocios que ofrece a las empresas la posibilidad de ser mucho más competitivos debido a una mayor capacidad de respuesta a las necesidades demandadas por sus clientes, agilizando los procedimientos de búsqueda de oportunidades de venta a través de la utilización del máximo número de plataformas y dispositivos desde los que pueden acceder. Para ello, está basado en una arquitectura de sistemas separados y que funcionan de manera independiente en dos partes: front end y back end.
El sistema de entrega de productos y contenidos implica el uso de una API que se puede conectar a cualquier canal, como aplicaciones móviles, relojes inteligentes, asistentes de voz, etc… De esta manera, ya no hay una interfaz de usuario "principal" y, a cambio, tiene una API para obtener información del producto o del usuario, pasarelas de pago o pagos en cualquier dispositivo o aplicación que use. Lo que quieras, con diseños personalizados en lugar de uno único y un CMS en la parte posterior que ofrece todo el contenido.
También hay que tener en cuenta los posibles inconvenientes a los que podremos enfrentarnos si queremos implantar estas técnicas. El mayor inconveniente ocurre cuando el back-end no es un modelo SaaS, sino que es mantenido y desarrollado por el cliente/proveedor. En este caso, hay un costo administrativo ya que los dos proyectos deben administrarse por qué tienen hojas de ruta, tecnologías y dispositivos diferentes y necesitan protocolos para no verse afectados por cualquier cambio. En otras palabras, cuesta más completar dos proyectos que uno, incluso si ambos tienen la misma cantidad de tareas.
Para comenzar a aplicar un sistema Headless Commerce en tu empresa, hay que comenzar por construir la arquitectura propia de este enfoque estratégico. Para ello, los pasos principales a seguir son:
Siguiendo todo lo explicado, es el momento de preguntarse si nuestro negocio está preparado para la implantación de estrategias de Headless Commerce. A partir de ahí, averigua si puedes empezar ahora o si es mejor esperar para estar mejor preparado.