El término metaverso, o metauniverso no es nuevo. El que se pretende que sea el nuevo Internet consistirá en una super plataforma en la cual convivirán redes sociales, aplicaciones que nos faciliten la vida, juegos online… todas ellas accesibles en el mismo espacio digital, al cual se accede por la compra de monedas virtuales. Las gafas de realidad virtual o los casos inteligentes facilitarán la llegada del metaverso.
Este concepto proviene de la novela «Snow Crash» (1992) de Neal Stephenson. Años más tarde, con la llegada de la película Matrix se produce una sofisticación que en el año 2003, con la red social Second Life lanzada por Linden Lab, se permitía que a través de un videojuego los usuarios pudiesen experimentar una vida mediante un avatar. Sin embargo, no es hasta fechas muy cercanas cuando se producen las mayores aproximaciones. A raíz de juegos como Fortnite, se puede acceder no solo a juegos online sino a encuentros sociales, como el organizado con Ariana Grande y Travis Scott, en el que de manera virtual miles de usuarios disfrutaron de un concierto virtual.
El metaverso, aseguró Zuckerberg el jueves en el evento anual de desarrolladores de su empresa, es la evolución lógica de la red, que no da más de sí. Es llevar a Facebook al siguiente nivel. La apuesta le salió redonda: la masa crítica de usuarios que consiguió reunir, unos 2.900 millones a día de hoy, es tan grande y la cantidad de datos que saca de cada uno de ellos tan diversa que los anunciantes se pelean por poner publicidad en su soporte. En ningún otro lugar pueden llegar a una segmentación tan rica. Por eso su cuenta de resultados no deja de crecer: la empresa ganó 9.200 millones solo en el tercer trimestre, un 17% más que en el mismo periodo del año pasado.
España tampoco quiere quedarse atrás. Es el caso de Virtual Voyagers. El año pasado colaboró en la creación de la plataforma de conciertos digitales de Facebook, que el gigante tecnológico prevé usar en su metaverso. Edgar Martín-Blas, el CEO de esta compañía madrileña, está eufórico. «Con el metaverso se está formando un nuevo internet que rompe el navegador y genera grandes oportunidades de negocio. Es adrenalina pura», comenta.
El metaverso de Zuckerberg busca precisamente eso: convertirse en un espacio para socializar. Uno que trasciende lo que ya era Facebook. Meta quiere que otras empresas participen en la construcción de este nuevo mundo. Todos los metaversos permanecen sin realizar. El jueves, Zuckerberg anunció una inversión de $ 150 millones para capacitar a "la próxima generación de creadores de metaverso". También gastará otros 50 millones para recabar opiniones de expertos sobre cómo funciona este universo virtual. La semana pasada, en medio de una avalancha de filtraciones, la compañía anunció planes para contratar a unas 10.000 personas en Europa durante los próximos cinco años para desarrollar su idea.
El metaverso puede dar un gran paso adelante en términos de evolución de Internet o dejarlo en una página en blanco si no funciona. Todavía es demasiado pronto para saberlo. Las empresas involucradas en este proyecto están comenzando a crear la infraestructura y las primeras cosas para llevarnos allí, pero es posible que solo pasen diez años antes de que lo veamos en todo su esplendor.