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Contratos mercantiles: leasing, agencia o franquicia

Los diferentes tipos de contratos son una herramienta fundamental para las empresas, siendo importante para obtener la seguridad jurídica necesaria


En cualquier caso, a la hora de llevar a cabo nuestro negocio, contratar proveedores, arrendadores y tantas cosas diferentes que pueden ser necesarias para un caso u otro.

Un contrato es una herramienta por la cual las distintas partes que lo celebran se comprometen sobre un asunto en particular. Con esta definición en mente, se debe reconocer que muchos factores, como la mala implementación o el cumplimiento de las disposiciones sin una investigación previa, pueden tener graves consecuencias. En este sentido, el conocimiento del proceso y características de cada contrato es fundamental a la hora de aplicar.

Colectivamente, estos contratos definen el negocio que crea derechos y obligaciones recíprocos y comerciales entre las dos partes de la actividad.

Un contrato mercantil, cualquiera que sea, es un acto jurídico, como su propio nombre indica, de carácter mercantil. Colectivamente, estos contratos definen el negocio que crea derechos y obligaciones recíprocos y comerciales entre las dos partes de la actividad. Al igual que otros contratos, está sujeto a la ley comercial. La legislación española regula de manera muy diferente los diversos tipos de contratos mercantiles, que pueden aplicarse en casi cualquier ámbito de actividad empresarial.

Hay muchos contratos comerciales, que se pueden categorizar según su forma y objeto:

  • Contratos mercantiles unilaterales y bilaterales, según la obligación nacida de uno o de los dos contratantes por una misma razón. 
  • Contratos Libres y Complejos. Corresponde a uno de los firmantes darle al otro una ventaja inigualable u ofrecer sus servicios a cambio del otro. 
  • Contrato de compatibilidad, completo con simple consentimiento.
  • Contratos reales, que también requieren entrega.
  • Los contratos formales requieren una forma importante, ya sea notarial, judicial o administrativa. 
  • Contratos aleatorios, es decir, contratos en los que cada parte piensa obtener una ventaja significativa en términos de su moneda. 
  • Contratos conmutativos: cada parte contempla obtener una ventaja significativa en su equivalente en moneda. 
  • Contratos estándar y atípicos. 
  • Grandes contratos, ampliaciones y preparativos.

Dentro de toda esta clasificación general de la contratación mercantil, vamos a centrarnos en los tres tipos de contratos que son más utilizados a día de hoy por las empresas: franquicia, leasing y agencia. 

Un contrato de franquicia es un contrato inicial que crea un acuerdo contractual entre dos empresas que son jurídica y económicamente independientes.

Indica la relación en la que uno de ellos (el franquiciador o franquiciadora) es titular de una marca, patente, método de producción o tecnología; o de una actividad industrial y comercial bien establecida en el mercado, y otorga a la otra parte (el franquiciador o franquiciadora) el derecho a explotarlo, por un período determinado de tiempo y área y bajo ciertas condiciones controladas, a cambio de un beneficio económico, a menudo expresado mediante la instalación de una caja inicial, complementada con sucesivas entregas de ventas.

La legislación española regula de manera muy diferente los diversos tipos de contratos mercantiles

El leasing es un contrato complejo regido por convenios, cuyo objeto es transferir el derecho de uso de un bien adquirido a voluntad del usuario, el cual paga el costo de su uso, e incluye una opción de compra. También conocido como Arrendamiento con opción de compra. La entidad de alquiler posee la propiedad que puede luchar con éxito contra un dominio de terceros.

En un contrato de arrendamiento compiten tres partes diferentes: la empresa arrendadora que patrocina la operación conjunta y firma un contrato de compra con el proveedor, un contrato de arrendamiento con opción de compra con el usuario y el proveedor firma un contrato. 

Un contrato de agencia es un contrato en virtud del cual una persona física o jurídica, conocida como agente, se compromete con otra persona de forma continua o constante para obtener una remuneración o promover actividades empresariales o comerciales en su lugar, en nombre de otros, o para promover y participar en nombre y representación de otros, como un corredor independiente, sin asumir los riesgos y aventuras de esas actividades, a menos que se acuerde lo contrario.

La experiencia ha demostrado que la manifestación de la voluntad de resolución del contrato de agencia por parte del empresario da lugar a una respuesta inmediata por parte del agente a la reclamación prevista en los artículos 28 y 29 de la Ley del Contrato de Agencia (en adelante, la LCA) y más concretamente la compensación de clientes y gastos de capital no asignados.

el uso de los contratos es muy importante en las relaciones comercialesToda actividad económica que culmina con la realización de un negocio tiene diferentes procedimientos y características que se deben tener en cuenta para poder realizarlo. Debido a la gran cantidad de trámites de este tipo, que deben realizarse para que el proceso se desarrolle en los términos acordados, es necesario firmar y comprender los documentos recabados de los mismos.

Por esta razón, el uso de los contratos es muy importante en las relaciones comerciales y un buen asesoramiento es muy importante.

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